Mala fe de la aseguradora: Esto es lo que debes saber
marzo 8 2019
Cuando una compañía de seguros se muestra poco colaboradora o poco razonable, a menudo es algo más que una molestia.
Lee nuestro blog para saber qué acciones pueden constituir mala fe de una aseguradora y cómo puedes protegerte de ella.
Los accidentes suelen acarrear algún tipo de pérdida económica, ya sea por las reparaciones de los bienes dañados o por los gastos médicos relacionados con una lesión.
Sin embargo, si el accidente o la lesión están cubiertos por tu póliza de seguros, puedes esperar recuperar eventualmente esas pérdidas de tu compañía de seguros.
De hecho, puesto que pagas regularmente el seguro, esperas que tu aseguradora coopere plenamente para lograr una resolución rápida y favorable de tu reclamación.
Del mismo modo, si el percance que has sufrido se debe al comportamiento negligente de otra persona, puedes presentar una reclamación a su compañía de seguros, con la esperanza de recibir un trato justo e imparcial y una indemnización razonable por tus pérdidas.
Sin embargo, por muy decepcionante que sea, no todas las aseguradoras actúan con la honradez y buena fe que cabría esperar de ellas.
La verdad es que el interés de la aseguradora (obtener beneficios) y el interés del asegurado (recuperar su dinero) a menudo están reñidos.
Siendo realistas, cualquier pago que haga una aseguradora -ya sea a su propio cliente o a un tercero- es simplemente una pérdida.
Por eso algunas aseguradoras pueden recurrir a veces a prácticas deshonestas para eludir su responsabilidad financiera.
Cuando una compañía de seguros actúa de forma deshonesta, puede ser considerada legalmente responsable en virtud de las leyes de mala fe del asegurador de Nuevo México.
En este artículo, te explicaremos qué constituye mala fe de la aseguradora y qué puedes hacer si has sido presa de las tácticas sucias de una compañía de seguros.
Qué significa mala fe
Cuando una persona contrata una póliza de seguro, lo que realmente paga es la promesa de protección económica de la aseguradora en caso de accidente o lesión.
Por ello, la aseguradora tiene el deber de actuar de buena fe con sus clientes, así como con las personas que presenten reclamaciones de terceros.
En Derecho, esto suele denominarse «pacto implícito de buena fe y trato justo», y supone actuar con honestidad y tratar a la otra parte con equidad.
Por el contrario, si una compañía de seguros no investiga con prontitud y a fondo una reclamación de seguro válida o demuestra falta de razonabilidad al tramitar la reclamación o el pago, puede ser declarada responsable de actuar de mala fe.
Algunos ejemplos de mala fe de las aseguradoras pueden ser, por tanto:
- Ignorar una reclamación no respondiendo a llamadas telefónicas, correos electrónicos, cartas, etc.
- Intentar intimidar a un demandante
- Manipulación de pruebas
- No realizar una investigación honesta de la reclamación
- Hacer una oferta de acuerdo irrazonablemente baja
- No dar razones específicas para una oferta de liquidación baja
- Retener o retrasar el pago de una reclamación válida
Por otra parte, intentar negociar el valor del siniestro propuesto por el demandante no constituye en sí mismo mala fe.
Siempre que las ofertas de la aseguradora sean razonables y estén respaldadas por explicaciones y pruebas concretas, puede interpretarse que actúa de buena fe.
Además, es importante recordar que una aseguradora tiene un deber mucho menor hacia un tercero reclamante.
En relación con las reclamaciones de terceros, una aseguradora podría ser declarada responsable de actuar de mala fe si realizara actividades fraudulentas que pudieran impedir al reclamante tramitar su reclamación.
Ejemplos de tales acciones deshonestas pueden ser la manipulación de testigos, la retención de pruebas o la ocultación de documentación crucial.
Qué puedes hacer si sospechas de mala fe
Actuar de mala fe es contrario a la ley y puede justificar una demanda contra la aseguradora.
Si la aseguradora es declarada responsable de prácticas de mala fe ante el tribunal, puede verse obligada a pagar daños y perjuicios al reclamante afectado.
En tal caso, aparte del valor de la reclamación inicial, el reclamante puede tener derecho a recuperar los honorarios del abogado y otros gastos relacionados con el litigio.
En algunos casos, el demandante también puede ser indemnizado por daños y perjuicios emocionales.
Antes de emprender ninguna acción, debes ponerte en contacto con un abogado experimentado para hablar de tu reclamación.
Pueden trabajar para reunir y evaluar pruebas de la mala conducta de la aseguradora.
Esas pruebas pueden incluir toda la correspondencia que hayas mantenido con la aseguradora y sus representantes, incluido el perito, por teléfono, correo electrónico o por otros medios.
Tras analizar tu situación y el historial de tus comunicaciones con la compañía de seguros, un abogado podrá asesorarte mejor sobre tus opciones legales, incluido el litigio.
Si decides interponer una demanda contra una compañía de seguros que actúa de mala fe, debes recordar que dicha demanda es diferente y está separada de cualquier litigio por lesiones personales en el que también puedas participar.