Entender la Ley de Responsabilidad por Productos Defectuosos

agosto 10 2018

La ley de responsabilidad por productos defectuosos es un medio vital de protección para los consumidores perjudicados por productos defectuosos.
Comprenderla puede ser clave para obtener una compensación económica por los daños sufridos como consecuencia del uso de
dichos productos.

En nuestro último blog sobre carros autónomos, mencionamos que, a medida que los vehículos autónomos se hacen cada vez más populares, podemos esperar ver un cambio en la forma de ver y establecer la responsabilidad por accidentes de tráfico.
En lugar de que las reclamaciones se basen en la negligencia o imprudencia de un conductor, lo más probable es que los daños personales y las indemnizaciones por accidentes de tráfico en los que estén implicados carros autónomos se consideren a la luz de la ley de responsabilidad por productos defectuosos.
Esto tiene sentido ya que, en primer lugar, no habrá conductores negligentes a los que culpar de los accidentes y, en segundo lugar, es probable que la mayoría de los carros autónomos pertenezcan a empresas y sean operados por ellas, y no por particulares.
Incluso hoy en día, la ley de responsabilidad por productos defectuosos sirve de protección a los consumidores frente a los fabricantes y distribuidores de productos defectuosos y potencialmente peligrosos.
Con toda probabilidad, la importancia de la responsabilidad por productos defectuosos en el contexto de la ley de lesiones personales y las reclamaciones de indemnización no hará sino crecer en los próximos años.
Por tanto, es muy importante que los consumidores conozcan bien las leyes que rigen la responsabilidad por productos defectuosos.
En el blog de esta semana, ofreceremos una breve descripción y explicación de las demandas por lesiones personales basadas en la responsabilidad por productos defectuosos.

Cómo funciona la responsabilidad por productos defectuosos

En EE.UU., la ley de responsabilidad por productos defectuosos protege a los consumidores si han sufrido daños debido a un producto defectuoso o defectuoso.
Las reclamaciones y demandas por lesiones personales basadas en la responsabilidad por productos defectuosos pueden presentarse contra cualquiera de las partes implicadas en la fabricación o distribución de un producto.
Entre ellas pueden estar los fabricantes de piezas individuales, el fabricante responsable de ensamblar el producto y, en algunos casos, incluso el distribuidor del producto, como el propietario de una tienda minorista.
Un producto puede considerarse defectuoso si su uso normal provocó un daño o lesión al consumidor debido a un diseño defectuoso, una fabricación defectuosa o defectos en las advertencias e instrucciones (es decir, una omisión de advertencia).

Diseño defectuoso

Cuando una demanda de responsabilidad por productos defectuosos invoca un diseño defectuoso, significa que un producto causó daños debido a un defecto evitable en su diseño que provocó un riesgo innecesario durante su uso normal.
En tales casos, a veces se exige al demandante que demuestre que el fabricante podría haber previsto el riesgo y que habría habido opciones económica y técnicamente viables para cambiar el diseño a fin de garantizar la seguridad.

Fabricación defectuosa

Fabricación defectuosa significa que el diseño del producto es seguro y no plantea riesgos innecesarios, pero el daño se produjo debido a procesos y prácticas de fabricación defectuosos o negligentes.
Los defectos de fabricación suelen existir en un número limitado de un determinado producto.
Un medicamento contaminado que ha causado efectos adversos para la salud y lesiones puede ser un ejemplo de fabricación defectuosa que puede llegar a convertirse en la base de una reclamación de indemnización o una demanda judicial.

Defectos en las advertencias e instrucciones

La omisión de advertencia significa que el uso de un producto causó daños o lesiones, no por un diseño defectuoso o errores en el proceso de fabricación, sino porque el fabricante no proporcionó una advertencia adecuada o unas instrucciones de uso apropiadas.
Sin embargo, las reclamaciones basadas en el principio de omisión de advertencia sólo pueden ser válidas si la lesión se produjo como consecuencia de un riesgo no evidente relacionado con un uso normal del producto.
Además, el fabricante debe saber o se debe esperar razonablemente que sepa que existe dicho peligro.
Aunque los principios que rigen los casos de responsabilidad por productos defectuosos pueden parecer sencillos, las circunstancias de cada caso concreto dictarán las posibilidades de éxito de la reclamación y la indemnización.
Una persona lesionada a causa de un producto defectuoso debe consultar siempre a un abogado y obtener una consulta antes de decidir una determinada línea de actuación.

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